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Foto del escritorÁlvaro Carrillo

Sobre Dewey y su "Credo Pedagógico"

Dewey entiende la educación como el proceso de interacción del individuo con la sociedad, por medio de la cual adquiere la conciencia social.



Dewey lo configura como un aprendizaje continuo y constante y señala la educación inconsciente, de la que forman parte sentimientos y emociones prácticamente desde que nace. Dicha sociedad educa sus ideas y crea sus hábitos, por lo que la educación que este recibe es heredada de la civilización que lo precede.

Hace referencia a la verdadera educación como el método que expone al niño frente a esas situaciones sociales para que su capacidad se adecue a esas exigencias que se le proponen, cambiando su forma de ver el beneficio, de verse en el centro a verse como parte unitaria de una sociedad conjunta.

Dewey enfoca el aprendizaje en dos aspectos con igual importancia que no deben dejarse, son el psicológico y el social. Para esto se tomará como punto de partida los instintos del niño, que, pese a esto la educación que reciba será una presión externa, puesto que consiste en preparar al niño para agentes externos ya dispuestos, que además no tendrá unos resultados visibles inmediatos sino que son proyectos a largo plazo, puesto que un niño no puede ser expuesto a la sociedad de forma prematura o las consecuencias pueden ser catastróficas a nivel de individuo como de sociedad en años posteriores, este planteamiento de Dewey es muy aplicable a la sociedad en la que vivimos hoy día, ya que vemos como cada vez se ve retrasada la salida de los jóvenes al mundo laboral, que no a la sociedad, de la que son convivientes y factores cooperantes desde que tienen conciencia de actuación en ella, pero la capacidad de autonomía independiente de los progenitores es algo que se va retrasando y que es fruto de la propia sociedad que ejerce y obliga a este nuevo tipo de educación.


Por otro lado Dewey define también a la escuela como una institución social, que por ende, convierte a la educación en un proceso de carácter social, siendo esta institución un medio, lo que convierte a la educación en una forma de vida y no como un fin para la vida que le espera al alumno cuando este finalice sus estudios. Entiende por consiguiente que la escuela


Dewey en el 3er artículo habla sobre las materias que se enseñan haciendo referencia a que las materias desvirtúan el medio por el cual el niño aprende, que es aquel ligado a su curiosidad, motivación y capacidades y no como un compendio de saberes que deben “entrar” sí o sí en la cabeza del niño. Por ello, Dewey aboga por un modelo constructivista enfocado en la autonomía del niño sobre lo que sabe y lo que hay que provocarle querer que sepa, procesos que le inculquen nuevas actitudes y motivaciones que den continuidad a su aprendizaje.


En el 4º artículo habla sobre la metodología, mencionando los principios activos, es decir, que el niño sea el centro de su propio aprendizaje, que participe y vivencie aquellos contenidos que queremos que aprenda; en el segundo punto comenta la necesidad de que exista y se cree en el niño un interés por aquello que queremos transmitirle, que le surja de forma espontánea es una tarea difícil, pese a ello debemos plantearnos como maestros la posibilidad de incorporarlo a nuestra metodología, esa capacidad de enganchar a un niño

relacionando los nuevos conocimientos con sus intereses; tercero, hace referencia a la imagen, pero no la imagen que conocemos nosotros, sino la que el niño se hace en su esquema mental sobre la idea que nosotros pretendemos que él adquiera, es decir, incluir en el método la capacidad o la necesidad, más bien, de saber transmitir nuestras imágenes de forma clara para que sean asimiladas de la mejor forma por los alumnos que la deben adquirir; por último dentro de estos apartados metodológicos de los que reflexiona Dewey encontramos la necesidad que cree que debemos tener de inculcar hábitos en nuestros alumnos, algo que estamos planteando de forma muy clara, por ejemplo, en la asignatura de “la Educación Física como materia escolar”, cuyo objetivo claro que se nos está transmitiendo desde el primer día es que nuestro “deber” es crear una adherencia a esa actividad, es decir, que nuestros alumnos cuando salgan de realizar nuestras clases salgan queriendo prolongar esa actividad e incorporarla en su día a día, y no solo enfocar nuestras clases en que aprendan o mejoren su condición física o les formemos en cómo es una dieta buena, completa y equilibrada.


En el 5º y último de los artículos de su credo, Dewey reflexiona sobre la educación como motor de progreso social, apoyando todas aquellas leyes que vayan en beneficio de la educación. Por ello, Dewey recalca como muy importante la figura del maestro, ya que no es solo un educador, o un mero transmisor de información sino un constructor de la sociedad futura y la necesidad que estos deben tener de comprender el carácter de la importancia a la que están destinados.


En este punto añado como #reflexión al respecto que aquellos que estudiamos el grado de Magisterio de Educación Primaria tenemos en gran parte, una clara vocación a la enseñanza, dejando a un margen aquellos que estudian el grado por adquirir mayor facilidad para acceder a otros estudios u oposiciones, que es en la Educación Secundaria Obligatoria donde la gran mayoría de docentes son los responsables de la caída del entendimiento de la profesión al ver la docencia como una salida más tras sus carreras de especialidad, como puede ser un historiador o un geógrafo, que adquiere posteriormente su titulación de máster para poder ejercer como profesor en secundaria, es ahí en mi opinión donde se pierde el foco y la importancia de la educación, la motivación que lleva a un maestro a enseñar y transmitir no es la misma motivación que la que puede tener un especialista de enseñar lo que sabe puesto que no encontró salida laboral de aquello que estudió, por tanto, al no haber esa vocación, el paso de los años en la profesión afecta de una forma muy negativa y exponencialmente diferente a la de un maestro de verdadera vocación, lo que termina dejando profesores sin motivación que llegan a clase a transmitir esa falta de convencimiento de que el desempeño que van a realizar es fundamental en la sociedad en la que vivimos y viviremos, que obviamente no son todos, pero si bastantes…



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